La esquizofrenia: descripción, síntomas, posibles causas y tipos de tratamiento

En este artículo analizaremos las principales características de esta patología, una de las más ampliamente estudiadas por psiquiatras y psicólogos de todo el mundo y cuyo origen, actualmente, sigue siendo desconocido, aunque las actuales vías de tratamiento resultan eficaces en la gran mayoría de casos. 

1. Descripción

La esquizofrenia es una patología mental grave que implica alteraciones profundas del pensamiento, la percepción sensorial, la afectividad (especialmente en relación a la expresión emocional) y la conducta. Se calcula que aproximadamente un 1% de la población sufre esquizofrenia y los primeros síntomas suelen aparecer al final de la adolescencia o a principios de la etapa adulta. Esta enfermedad es crónica, su transcurso suele ser variable y el funcionamiento diario resulta inevitablemente afectado. Los síntomas, de los que nos ocuparemos a continuación, están presentes durante al menos 6 meses y se suponen, fundamentalmente, una grave distorsión del funcionamiento ocupacional y social.

Cuando estudiamos esta enfermedad, podemos distinguir hasta cinco tipos diferentes, cada uno con sus manifestaciones particulares, que en este artículo se resumen muy brevemente:

  • Catatónica: se caracteriza por la presencia de patrones inusuales de actividad motora, como por ejemplo, la aparición de posturas rígidas
  • Desorganizada: en este tipo de esquizofrenia se manifiesta una marcada incoherencia verbal y una conducta claramente desorganizada
  • Paranoide: aquí, la preocupación por los delirios es el rasgo más notable
  • Indiferenciada: en este tipo predominan los síntomas psicóticos, como por ejemplo, los pensamientos ilógicos
  • Residual: aquí no se perciben graves trastornos del pensamiento, pero sí se evidencia una afectividad muy limitada y una muy baja motivación generalizada

2. Síntomas

Aunque no todas las personas que sufren esta patología presentan todos los síntomas, ni los mismos, ni en igual intensidad, los más relevantes son los siguientes:

  • Delirios: son creencias falsas sin fundamentación en la realidad y que la persona mantiene a pesar de que se pueda demostrar que son falsas (por ejemplo, delirios de persecución, de grandeza, de control o de romanticismo)
  • Alucinaciones: son experiencias sensoriales que se producen en ausencia de estimulación ambiental real. Las más comunes son las auditivas y la visuales (por ejemplo, oír voces o ver cosas que no existen)
  • Lenguaje desorganizado: la persona presenta un lenguaje caótico, en el que cambia de un tema a otro sin transiciones naturales, o responde de manera tangencial. El lenguaje es a menudo ilógico o incoherente, ocurriendo en casos graves la imposibilidad de comunicarse
  • Conducta desorganizada o catatónica: este síntoma está caracterizado por la incapacidad de organizar actividades básicas de la vida cotidiana o, en el caso de la conducta catatónica, por una anormalidad muy marcada en la conducta motora (por ejemplo, el mantenimiento de una postura corporal fija por mucho tiempo)
  • Síntomas negativos: estos síntomas comprenden el aplanamiento afectivo, la alogia (o pobreza del habla) o la abulia (es decir, la incapacidad de iniciar y sostener una actividad con una finalidad concreta)

3. Posibles causas

Actualmente, su origen no se conoce con certeza. En los últimos años se han logrado algunos avances que permiten señalar diversos factores que podrían ser responsables de la aparición o el agravamiento de la enfermedad:

  • Alteraciones precoces del desarrollo del cerebro: pudiendo tener su origen en alteraciones del desarrollo cerebral muy precozmente, en concreto, durante el desarrollo del cerebro embrionario
  • Predisposición genética: se sabe que el riesgo de padecer la enfermedad es mayor cuando existen antecedentes familiares de la misma. Sin embargo, la presencia de antecedentes no es una condición necesaria ni suficiente
  • Alteraciones en diversas sustancias del cerebro: en este caso, diversos neurotransmisores pueden encontrarse desequilibrados en la esquizofrenia
  • Infecciones del embarazo y complicaciones del parto: se investiga desde hace tiempo si algunas infecciones por virus que pueda padecer la madre durante el embarazo pueden ser responsables de ciertas alteraciones en el desarrollo cerebral normal del feto que, llegados a cierta edad, puedan provocar la enfermedad. También se ha relacionado la esquizofrenia con complicaciones durante el parto (por ejemplo, traumatismos o anoxia cerebral)
  • Factores psicológicos y sociales: por ejemplo, disfunciones en el ámbito familiar, anormalidades o carencias en la comunicación, carencias educativas y condiciones de pobreza pueden desencadenar o agravar síntomas latentes que desemboquen en esta enfermedad

4. Tipos de tratamiento

Desde el ámbito psicofarmacológico, la esquizofrenia se trata fundamentalmente con medicamentos neurolépticos o antipsicóticos, que tienen la capacidad de corregir determinados desequilibrios en los neurotransmisores. No se concibe el tratamiento de esta enfermedad sin la intervención de la Psicofarmacología.

La terapia psicosocial, por su parte y como apoyo complementario a la medicación, aplicada tanto en un formato individual como grupal, precisa de mecanismos asistenciales (como talleres ocupacionales, centros de día y centros de Salud Mental). El diálogo entre paciente y terapeuta busca que el primero conozca su patología y aprenda a convivir con ella y a utilizar sus propios recursos psicológicos y sociales (como la familia, los amigos, o el apoyo social). Resulta fundamental que el médico responsable informe tanto al paciente como a los familiares sobre las características sintomáticas de la enfermedad y les ayude a distinguir cómo se han manifestado en su caso particular, con vistas a prevenir o a intervenir con la mayor prontitud en caso de reagudización.

Por último, en casos muy concretos, como puede ser ante una escasa respuesta al tratamiento con medicamentos o un grave riesgo de suicidio, puede estar indicado el tratamiento con Terapia Electroconvulsiva (TEC). 

 

Carlos García Hidalgo

Licenciado en Psicología (UCM, 2006), núm. col. M-24244

Máster en Musicoterapia (ISEP, 2008)

Máster en Terapia de Conducta (UNED, 2014)

Experto en Psicología del Deporte (UNED, 2023)

Madrid, junio de 2023

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